Este jueves 1 de febrero se llevó a cabo el Desayuno de Oración Nacional, el cual ofrecido por el presidente de EE.UU., Donald Trump, para políticos y empresarios.

La entrada se consigue únicamente bajo estricta invitación. Sin embrago, la religión del invitado no importa, puede ser tanto de fe cristiana, como judía o musulmana.

Este Desayuno se celebra habitualmente en el hotel Washington Hilton cada primer jueves de febrero.

En el menú figuran huevos, salchichas, 'muffins' y avena.

La tradición se establece desde los años 30 del siglo pasado.

El creador de la iniciativa fue Abraham Vereide, un sacerdote de la iglesia metodista en Seattle. Más tarde, este se mudó a Washington, donde esta reunión se hizo muy popular y el evento empezó a ser frecuentado por miembros del Congreso. Así fue como en 1953, invitado por un senador, atendió al desayuno el presidente Dwight Eisenhower.

Vereide invitaba a funcionarios, empresarios y clérigos para discutir en un ambiente informal los asuntos más acuciantes del país, como, por ejemplo, el problema de la pobreza.

Oficialmente, se considera que este desayuno especial supone una oportunidad para recibir una iluminación espiritual.